Gertrude Habluetzel 30 de junio de 1909 - 28 de septiembre de 1986
Sabía disfrutar de la vida. Dejó hablar a su corazón, como pocas personas saben hacerlo, lo que no siempre fue sin perjuicio. Tenía muchos amigos, en Zurich, Lucerna, Caux, Ginebra, Francia y Alemania. También se ocupó de mí, y cuidó de mi madre, cuando se debilitaba. Esas cosas no se olvidan.
Últimamente ha pensado mucho en la reconciliación. Había dicho a sus amigos que rezaba con insistencia para que cada uno de ellos experimentara la reconciliación con nosotros mismos, con Dios, con los demás, sin importar quiénes fueran o quiénes hayan sido. Ella sentía muchas cosas, a menudo mucho antes que los demás, pero nunca le resultó fácil expresarlas.