Algunos de mis héroes espirituales

He pasado la mayor parte de mi vida adulta luchando con las palabras. Redactando invitaciones a conferencias y programas, escribiendo informes de reuniones. Tratando de explicar el Rearme Moral y luego Iniciativas de Cambio con palabras, en papel, a los medios de comunicación y al público en general. Como cristiano, a veces me encontraba tratando de hacer que el MRA pareciera y sonara cristiano para mis amigos cristianos, sin molestar u ofender a los de otras tradiciones religiosas... Fui bautizado y confirmado en la Iglesia Anglicana. Ahora soy predicador laico de la Iglesia Reformada donde vivo en Suiza. Pero me he inspirado y nutrido de muchas otras tradiciones espirituales y religiones.

Después de más de 50 años en esto, he encontrado una definición con una sola palabra: "humanitud". Procedentes de diferentes tradiciones religiosas y sistemas de creencias, en IdeC todos compartimos la convicción de nuestra humanidad común, "ubuntu" para los africanos del sur. Y una convicción compartida de que las personas importan, y que cualquier mejora del mundo debe comenzar con nuestros esfuerzos por mejorarnos a nosotros mismos y nuestro propio comportamiento y forma de vida. Así que, en lugar de intentar convertir a los demás y convertirlos en pobres copias de nosotros mismos, creyendo lo que nosotros creemos, todos podemos intentar desarrollar esa chispa de Dios que ya está presente en cada ser humano. Y tratar de cultivar esa chispa en nosotros mismos.

Trabajando por un mundo mejor, todos necesitamos héroes, modelos a seguir, que nos inspiren. Parece estar escrito en los genes de nuestra especie. Y aquí, en "Por un nuevo mundo", hay huellas bastante marcadas de varios de los míos.

Alan Thornhill era un ministro anglicano, un teólogo, que muy pronto dejó su vida bastante cómoda en la universidad de Oxford para trabajar con Frank Buchman. Fue un maravilloso ejemplo de esta "humanitud". Escribió El factor olvidado en 1940, uno de los primeros de muchos. Fue la primera obra teatral directa del Rearme Moral, y más tarde fue llevada al cine (como un buen número de obras del MRA). Habla de conflictos industriales y de tensiones y disputas familiares. Se ha traducido y representado en decenas de idiomas de todos los continentes. Formó parte del primer gran movimiento del MRA en Alemania después de la Segunda Guerra Mundial.

Un teólogo anglicano que entonces no estaba casado, que escribió sobre los problemas de la industria y la familia. Algo así como un milagro para mí. Tuve el privilegio de ser amigo suyo y de su esposa americana, Barbara. Eran muy buenos amigos de mis padres, pero también llegaron a ser muy queridos para mí. A través de ellos conocí a su amigo Malcolm Muggeridge (gran periodista, escritor e iconoclasta) y a su esposa Kitty, e incluso me alojé con ellos, en un pueblo cercano de Sussex. Muggeridge y Thornhill escribieron juntos una obra sobre la eutanasia, un tema muy candente en la actualidad.

Thornhill también participó en la obra musical La experiencia de la coronación (también llevada al cine). Una producción y una campaña que marcaron un hito en la larga lucha por la sanación racial en Estados Unidos. El delicioso libro de Thornhill Los mejores amigos reúne a varios de estos personajes.

Otro de estos grandes es el canónigo B.H. Streeter, que murió en un accidente aéreo en 1937, cuando regresaba al Reino Unido de una conferencia del Grupo Oxford en Suiza. No puedo sino recomendar encarecidamente su libro Tl Dios que hablas o la versión abreviada en forma de folleto.

Eric Liddell, otro eclesiástico y misionero, es quizá más conocido por la película Carros de fuego, pero hay 19 referencias a él que puede explorar en nuestra plataforma. También a Charlie Andrews, el ministro anglicano amigo de Mahatma Gandhi (visto en la película de Attenborough).

Y yendo más allá de la tradición anglicana, Andrew Dawson, un académico e investigador australiano, ha escrito un artículo que se puede encontrar en FANW que vincula a Dietrich Bonhoeffer, ministro luterano alemán y mártir en la lucha contra Hitler, con Emil Brunner, un importante ministro y teólogo reformado suizo que también estuvo involucrado con el Grupo de Oxford en la década de 1930. Un sinfín de descubrimientos. Un tapiz de vínculos sin fisuras.