Hildi Zeller nació el 9 de marzo de 1927 en Zúrich. Era la segunda hija, después de Berti, de Eugen y Anneli Zeller, y más tarde vino un hijo, Robert. El padre era profesor en la escuela Römerhof de Zúrich. La familia Zeller estaba estrechamente relacionada con los Grupos de Oxford, precursores del Rearme Moral (RM), e Hildi ya vino a Caux en 1946, en los primeros días del Centro de Conferencias. Participó en el enorme trabajo de limpieza, tan necesario en este palacio, abandonado desde la Segunda Guerra Mundial, en el que participaron multitud de voluntarios de toda Suiza.
Después, pasó una larga temporada en Sudáfrica, donde cuidó de los hijos de una familia de amigos y colaboradores del RM, y luego en Estados Unidos, en el Centro de Rearme Moral de Mackinac, donde fue una de las cocineras de Frank Buchman. De vuelta a Suiza, Hildi ayudó a las familias que colaboraban con el RM y a menudo se hizo cargo de los niños en Caux. Una vez se encontró con un gran número de ellos en un chalet independiente cuando dos de ellos contrajeron escarlatina y todos los habitantes del chalet con sus acompañantes fueron puestos en cuarentena.
A lo largo de su vida ha sido una amiga fiel de muchas personas, acompañando en particular a las que atravesaban etapas difíciles, ayudándolas a encontrar un sentido a la vida y a seguir adelante. Hildi nunca ha tenido miedo de asumir tareas exigentes. Primero en las grandes cocinas de los centros de reunión, después en la panadería de Caux y en la decoración floral. A lo largo de los años, ha decorado incansablemente la capilla protestante del pueblo con flores del jardín o del campo.
También encontró sus momentos de relajación en los paseos que daba con su paso rápido, o practicando el esquí de fondo, en Caux y sus alrededores. Vivió durante décadas en Villa María, donde participó activamente en la vida de la comunidad. Más tarde, se alegró mucho de poder instalarse en su propio apartamento en el Chalet de la Patinoire, donde podía invitar a sus numerosos amigos a comer o a tomar el té de forma más íntima. Participó intensamente en la vida del pueblo, especialmente en las tradicionales "ventanas de Adviento".
En 2009, tras una caída y una larga estancia en el hospital, Hildi ingresó en el establecimiento Beau-Site de Clarens. Recibió una acogida muy cálida y fue atendida con gran atención y cariño hasta el final.
Falleció en 2012.
