Lucette Schneider 2 de abril de 1919 - 19 de agosto de 2018
Fue una gran amiga de Caux. Se había convertido en una figura prominente en las conferencias de Caux. Todos la conocían como "la dama de las verduras". Lucette tenía una manera increíble de hacer amistad con personas de todos los ámbitos de la vida y de todos los continentes, incluso si no hablaba su idioma. Para muchos, ayudar en el equipo de verduras durante su estadía en Caux era al menos tan importante como asistir a las reuniones. Dejó una huella en la vida de las personas que conoció.
Lucette fue una gran y fiel amiga.. Se la quería mucho. Ella y su difunto esposo, Robert, fueron la sal de la tierra para el Rearme Moral/IdeC en Caux y más allá.
Lucette fue un monumento a la simplicidad, el servicio y el compromiso con Caux - una de las muchas personas que ayudaron a crear el espíritu de Caux. Su trabajo "en las hortalizas" fue inestimable para la perfecta gestión de las frutas y verduras durante tantos años, e igualmente inestimable para aquellos que, en el servicio práctico, encontraron nuevas razones para vivir.
Era una persona con franqueza, lucidez y autenticidad. Todo ello hacía que los que se encontraban con ella se sintieran a gusto y les permitía ser auténticos y reales a su vez. Muchas personas le deben el haber compartido lo que ha sido un momento decisivo en sus vidas.
Le gustaba animar a los demás en los retos y ayudarles a afrontar su vida en ese momento. Su perspicacia, discernimiento y sabiduría impresionaban a los demás y les proporcionaban un valioso apoyo. Durante muchos intercambios, ayudó a las personas a formular las preguntas adecuadas y a entrar en una verdadera dimensión de compasión.
Fue una mujer fiel, que asumió una tarea humilde, casi invisible, pero que desempeñó un papel tan importante en el funcionamiento diario de las reuniones de Caux. Lo hacía con una sonrisa, una voluntad fuerte y una actitud alegre que hacía que la gente quisiera unirse a ella en el huerto. Alrededor de la gran mesa tenían lugar muchas conversaciones importantes mientras la gente pelaba zanahorias y cebollas, preparaba manzanas, lavaba la ensalada, etc.
Lucette tuvo una larga y profunda amistad con Canadá. Primero, se quedó un año en 1983-1984 para visitar a la gente que había conocido en Caux. Volvió regularmente hasta que ya no pudo viajar. Pero siguió recibiendo a amigos canadienses en su casa. Y hasta unas semanas antes de su muerte, siguió apoyando fielmente a los quebequenses que venían a participar en los encuentros internacionales de Caux.
