Jacques Duckert, nacido el 25 de abril de 1923, tenía un lado nómada. Se mudaba muy a menudo, a veces en la misma localidad. Pero en todas partes supo crear redes de amistad y las mantuvo siempre mediante la correspondencia y las visitas.
Conoció a su mujer, Margrit, en el Instituto Emaús; concretaron su compromiso de fe con el Rearme Moral/Iniciativa del Cambio en Caux. Ayudaron a transformar un hotel en un lugar para alojarse y celebrar conferencias. Jacques es ebanista de formación y ha puesto sus conocimientos al servicio de su compromiso. Por motivos de salud, tuvieron que trasladarse a Biel, donde finalmente encontró la explicación a sus ataques de dolor...
La muerte de su esposa en Biel fue un duro golpe, seguido unos años más tarde por la muerte de su hijo, Jean-Marc. Tras un periodo en Bussigny, se acercó a su hija, Jenny-Anne, trasladándose a L'Auberson. Se creó una nueva red, en la parroquia, en el café de encuentro. En todas partes brindaba su amistad. Todavía recuerdo su traducción simultánea del servicio para los solicitantes de asilo en la región.
Jacques Duckert era también un hombre con muchos dones. En los primeros tiempos de Caux, dedicó mucho tiempo y energía a convertirlo en un lugar de encuentro funcional. El objetivo era transformar el antiguo "Caux-Palace" en un lugar donde se pudiera construir una nueva Europa, donde las personas que eran enemigas pudieran encontrarse, reconciliarse y empezar de nuevo.
Una de sus tareas más importantes fue construir un economato y una cocina moderna con capacidad para alimentar a las decenas de miles de participantes que llegaron de todo el mundo. El mayor reto fue conseguir los alimentos cuando el racionamiento aún estaba en vigor en 1946. Había que encontrar proveedores en la zona con las grandes cantidades de comida necesarias para alimentar a un número tan elevado de personas.
Durante varias décadas, Jacques, junto con su esposa Margrit, se ha dedicado a esta tarea, junto con toda una brigada de hombres y mujeres de todo el mundo. Para muchos de nosotros fue un privilegio trabajar junto a él.
Jacques sufría de migrañas muy dolorosas, pero a pesar de ello siempre estaba de buen humor y nunca perdió su sentido del humor.
Falleció el 13 de abril de 2008.
