Stanley Kiaer podría haber seguido una prometedora carrera en la City londinense, donde trabajó en el sector naviero y en la empresa farmacéutica Roche tras graduarse en Cambridge. En lugar de ello, renunció para seguir su vocación en el trabajo sin ánimo de lucro, no sólo con el Oxford Group / El Grupo de Oxford, la organización benéfica cristiana que hacía campaña por el "rearme moral y espiritual", sino también, durante 13 años, como Director del Instituto de Ética Empresarial.
Desde 1964 hasta 1990, fue secretario de la fundación propietaria y gestora del Westminster Theatre, famoso por sus obras cristianas contemporáneas. El Westminster Memorial Trust había adquirido el teatro en 1946, en nombre del Rearme Moral (RM), en memoria de los hombres y mujeres asociados al movimiento que habían dado su vida durante la Segunda Guerra Mundial. Kiaer, hábil administrador, fue también secretario de Westminster Productions, la compañía que puso en escena las obras. Se convirtió en el Secretario del Grupo de Oxford, que ahora hace campaña como Iniciativas de Cambio, desde 1994 hasta 2001, cuando cumplió 70 años.
Kiaer fue director del Instituto de Ética Empresarial desde su creación en 1986 hasta 1999. Asumió el cargo con poca antelación tras la repentina muerte de su director fundador, Hugh Kay.
Resultó ser la elección ideal. Todo un caballero de gran cortesía y con un brillo en los ojos, era un hombre de una integridad personal intachable. Cuando se trataba de evitar el soborno y la corrupción policial, solía citar, el tema de la reciprocidad: "Puedes darle a un poli una taza de té, pero no puedes darle la cena" (You can give a copper a cuppa, but you can’t give him supper).
A veces conjeturaba que podría haber tenido una carrera más influyente y lucrativa si se hubiera quedado en la City, en vez de dedicarse a obras benéficas sin ánimo de lucro.
No tenía por qué preocuparse. Mientras que el impacto de las obras en Westminster no era fácil de calibrar, el papel de la OIE, "fundada por empresarios para empresarios", era más concreto. Kiaer supervisó la creciente influencia de la OIE, creada tras el Big Bang de la desregulación de la City. Publicó informes que siguen siendo clarividentes, entre ellos: Las adquisiciones: ¿qué consideraciones éticas deben aplicarse?; La gestión y la salud de los empleados; Ética, medio ambiente y empresa; y Los aspectos éticos de la informática. También presidía actos de la OIE, con títulos como "¿Por qué invertir en tabaco?" y "El endeudamiento personal: ¿se fomenta demasiado?". Se convirtió en el principal portavoz de la OIE ante los medios de comunicación.
La OIE surgió de la Asociación Cristiana de Ejecutivos de Empresa (CABE), fundada en 1938, que promovía principios morales cristianos en la conducción de los negocios. Kiaer era el director de ambas organizaciones. En un principio, la OIE funcionaba como un fondo dentro de CABE, pero en 2000 se convirtió en una organización benéfica independiente, con el objetivo de abarcar la ética de otras confesiones, así como de la sociedad secular.
Stanley Kiaer nació en Watford el 7 de abril de 1931, el menor de cuatro hermanos de padres daneses. Su padre era banquero y murió de un infarto dos días después de su nacimiento. Sus dos hermanos sirvieron en los comandos y paracaidistas durante la Segunda Guerra Mundial y murieron en combate. Su hermana mayor, Lillian, murió en 2001 a los 80 años. Su ingeniosa madre envió a Stanley al Haileybury College. Tras dos años de Servicio Nacional en el ejército, estudió Clásicas en la Universidad de Cambridge y se convirtió en un entusiasta remero de su colegio, el Corpus Christi.
La fe cristiana de Kiaer se vio reforzada por su encuentro con el RM durante su estancia en Cambridge. Animado por su madre, acudió, escéptico, a su centro de Caux (Suiza). Allí, un joven estadounidense le animó a rezar y a practicar diariamente la escucha de la "vocecita interior". Esto transformó las motivaciones de Kiaer y le sostuvo durante toda su vida.
En 1966 se casó con Ann Laidlaw, enfermera de guardería, cocinera consumada y compañera de trabajo en el RM. Ella murió de cáncer en 1989 y les sobreviven sus dos hijos, Jennifer e Ian, y tres nietos, William, Sarah y Jessie.
Tras la venta del Westminster Theatre por motivos económicos en 1998, a la que Kiaer se había opuesto en un principio, el Oxford Group se trasladó a unas oficinas cerca de Pimlico en 2000. El nuevo edificio fue bendecido por el entonces obispo de Londres, Richard Chartres. Kiaer vivió en un piso de la última planta y se convirtió en una figura paterna y un mentor espiritual para todos los que trabajaban allí. Se sorprendió cuando jóvenes profesionales le pidieron que compartiera su fe con ellos. A partir de entonces, organizaba estudios bíblicos una vez a la semana para todo el que quisiera participar. Murió en Londres, a los 86 años, el 22 de noviembre de 2017.
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