Daphne du Maurier se aleja de la ficción para escribir las "historias reales de ingleses corrientes que, mientras seguían la rutina de sus vidas cotidianas, han dado lo mejor de sí mismos a su país y han realizado actos de valentía en sus respectivas esferas". La madre que superó el duelo, el tendero londinense que logró la cooperación entre sus competidores, el minero que resolvió los conflictos laborales en la mina... todos ellos fueron capaces de convertir las dificultades de la guerra en oportunidades para difundir un espíritu de victoria en el frente nacional.
En su mensaje a los lectores norteamericanos, la señorita du Maurier dice: "En su país hay muchas réplicas de los hombres y mujeres de este pequeño libro. Los encontrarán en su ciudad, en su calle, posiblemente en su propia casa. Estarán entre los pioneros del nuevo Estados Unidos que vais a construir, un Estados Unidos cuya reivindicación del orgulloso nombre de "Estados Unidos" tendrá un nuevo significado y propósito para el mundo, y cuya alegre bandera, brillante de estrellas, no sólo será un verdadero símbolo de vuestra propia unidad, sino que señalará con un dedo de fe al mismísimo cielo".
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